Las posturas que conllevan torsiones son de suma importancia durante nuestra práctica diaria. Las podemos hacer de manera activa o pasiva, depende de lo que sea adecuado para cada quien. Estas posturas nos darán la sensación de apertura y de alivio, además de los beneficios de desintoxicar nuestros órganos que, al ser movilizados por la postura o asana, drenan las toxinas activando la digestión y otros procesos depurativos del cuerpo. También mejoran la alineación en nuestra estructura ósea y brindan lubricación de la espina dorsal.
¿En qué consisten? Su base es la rotación o giro del tronco, manteniendo siempre la cadera estable y alineada. Las más conocidas son las realizadas en el piso, pero también existen posturas con torsiones de pie, invertidas y acostadas.
El trabajo físico que caracteriza a estas asanas es el enfoque en las piernas, pero sobre todo alargar y girar todo el tronco desde las caderas hasta los hombros. Los músculos vertebrales se ven sumamente beneficiados ya que estos músculos, que son los reguladores de las vértebras durante los movimientos, tienden al endurecimiento por falta de movilidad, este efecto puede contrarrestarse mediante el yoga, previniendo anquilosis.
Estas posturas nos permiten restablecer nuestra energía, y nos brindan balance mental y más conciencia de nuestro interior. Recordemos que nuestra práctica de yoga requiere mucha conciencia, sobre la cual iremos observando los efectos y el bienestar que nos brinda una práctica continua. Estas asanas deben evitarse, con lesiones muy graves de columna vertebral, presión alta y embarazo. Recuerda que cuando inhalamos nos expandimos, cuando exhalamos contraemos. Juega con esta idea en tu mente al
momento de realizar estas posturas.
Vivir Bien
Mundo yoga
por Rebeca Mollinedo García